loslunesalfogón: HOJALDRE DE CALABAZA Y CEBOLLA CARAMELIZADA

La semana pasada fue muy dura y no tuve tiempo de publicar nada el lunes. Ni el martes...ni el miércoles... Así que esta semana os voy a proponer varios platos deliciosos. Vamos con el primero:
Abrí la nevera y tenía una masa de hojaldre solitaria. Como no tenía nada de cena, y sólo tenía una masa de hojaldre, pensé que llevaba mucho tiempo hacer una empanada, para comer sólo media, así que rebusqué en la nevera, y esto es lo que se me ocurrió.

INGREDIENTES (para dos personas):

1 masa de hojaldre redonda
1 cebolla roja pequeña
5 nueces
1 trozo de calabaza (esta puede parecer grande, pero era muy finita)
4 rodajas de queso de cabra (podéis sustituirlas por otro queso que os guste)
1 huevo (para pintar el hojaldre)
Aceite de oliva
Azúcar moreno (si no tenéis, azúcar blanco normal)
Vinagre de módena

PREPARACIÓN:

Ponemos un chorro de aceite de oliva en la sartén, y cuándo esté caliente, echamos la cebolla partida en cuadraditos y removemos para que no se nos queme hasta que esté blanda.

Una vez que esté la cebolla blandita, partimos la calabaza en daditos y la añadimos a la sartén.

Lo cocinamos unos 5 minutos, y echamos 4 cucharadas soperas de azúcar moreno (si no tenéis, también vale azúcar normal) y seguimos removiendo para que se mezcle el azúcar con los ingredientes. Para que no se endurezca el azúcar, echamos vinagre de módena, que además, le dará un toque muy rico.

Dejamos cocinar y reducir el vinagre unos 5 minutos más o menos a fuego medio (6 de 9 ), antes hemos estado cocinando todo a fuego más fuerte (8). Este será el momento en el que pongamos a precalentar el horno a 180º.

Cuando reduzca el vinagre, las verduritas quedan algo así:

Estiramos la masa sin cortarla por la mitad, y en una de las mitades, vertemos la calabaza con la cebollita caramelizadas, dejando libres los bordes para poder cerrarla bien.

Echamos por encima las nueces partidas en cachitos y el queso de cabra desmenuzado, y doblamos la capa vacía por encima. Los bordes los arrugamos para arriba para que no se salga lo de dentro.

Batimos el huevo, y untamos el hojaldre por encima, sin miedo, con una brocha preferiblemente de silicona para que no se queden los pelillos. Si no tenéis brocha, con una cuchara o con la mano.